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    "True sisterhood is not the same as friendship. You don't choose each other and there is no furtive period of getting to know each other. You are a part of each other, right from the start. Look at an umbilical cord—tough, sinuous, unlovely, yet essential—and compare it to a friendship bracelet of brightly woven thread. That is the difference between a sister and a friend.”

    Blue Sisters, Coco Mellors (Buscalibre en español)

    Antes de leer este libro había escuchado bastante de Coco Mellors. En su momento, su novela “Cleopatra y Frankenstein” causó revuelo en redes sociales, aunque no lo suficiente como para interesarme sobre mis otras lecturas pendientes. No así me pasó con “Blue Sisters” a principios de este año,  que a mi parecer, recibió mucha menos atención en internet. 

    Superficialmente, era de esperarse que llamara mi atención. Yo soy una hermana. Tengo un hermano 8 años mayor y una hermana cerca de 3 años menor. Con la más chica en particular, nos hemos acompañado a lo largo de toda la vida, compartimos muchos de los mismos traumas de la adolescencia, y las aflicciones de una han afectado a la otra a lo largo de los años, aunque lo hayamos querido evitar. Mi hermana es mi mejor amiga (aunque odia que lo diga), y creo que es algo que muchas hermanas compartimos. Crecer con una niña cercana a tu edad te asegura las peleas más grandes de la vida, pero también los recuerdos más lindos. 

    Por eso, la premisa de este libro, que aborda la vida de 3 hermanas que viven el duelo y las consecuencias de haber perdido a la cuarta, me llamó desde un comienzo. 

    Creo que hay pocas cosas que hoy en día que me hacen llorar, entre estas las despedidas. Supe desde que tome la primera página que sufriría un montón leyendo este libro. Dicho y hecho.

    Quizá no fue mi idea más brillante, a seis meses de haber dejado los anti depresivos, y sabiendo lo mucho que evito pensar en el luto de los seres queridos. Pero a veces la curiosidad es más grande, y sentir un poco de dolor leyendo es necesario de vez en cuando (creo). 

    “Their family had always been good at hellos and goodbyes, moments ending even as they began. It was easy to love someone in the beginnings and endings; it was all the time in between that was so hard.”

    No es difícil ponerse en los zapatos de las hermanas Blue. Quien sea que haya crecido con sus hermanos, ya se lleven bien o mal, sean cercanos o no, se ha imaginado en su lugar. Quizá alguno de ustedes lo han vivido, todos conocemos a alguien. Empatizar con las hermanas, creo yo, es natural durante los primera capítulos, al menos. 

    Avery, la hermana mayor, trabaja como abogada luego de haberse recuperado de la adicción a la heroína, carga con mucho tiempo perdido. Bonnie, la que sigue, ex-boxeadora, busca el norte de su vida luego de un fracasos que la alejó de las peleas; la muerte de su  hermana la ahoga de arrepentimiento y culpa. Lucky, la menor, se dedica al modelaje y a pasarse de fiesta en fiesta, en un circulo de tristeza y enviciada de dolor. Entre medio de ellas, estaba Nicky, el pegamento que las unía. 

    A través de cada una nos damos cuenta que Blue sisters no es solo una historia de duelo, sino que profundiza en las dinámicas de familias disfuncionales, de las adicciones, y la sanación. El libro se da el tiempo de profundizar en todas estas temáticas y en cada una de las vidas de las hermanas. Gracias a cada una nos adentramos en las distintas formas en que la muerte nos encuentra y,  por supuesto, las consecuencias de evitar el duelo, antes de afrontarlo. 

    En un comienzo conocemos los personajes por separado, llevando su vida de forma independiente, sin querer que el resto intervenga (pues cada una tiene sus propios problemas y son demasiado testarudas e independientes como para pedir ayuda), no obstante, pronto en la novela un evento las llevará a reencontrarse poco a poco. Quieren tenerlo bajo control, y eso las lleva a discutir y complicar las cosas como si aún fueran niñas pequeñas, así son siempre las cosas con las hermanas, creo. 

    En el camino cometen errores, que por supuesto en la lectura las vuelven reales y hace fácil al lector empatizar y conectar con ellas. Sin embargo, de vez en cuando se va de las manos. La mayor parte del tiempo es difícil entenderlas, y sus decisiones frustran y enfurecen. A ratos se siente como si Coco Mellors solo hubiera querido construirlas a través de sus -multiples- defectos, sin darse el tiempo de destacar algunas de sus virtudes, que sí se interpretan entre lineas.

    Incluso Nicky (lo que llama mi atención), quien es constantemente descrita por sus hermanas por su rol unificador, su inmenso cariño y disposición, se desenvuelve llena de falencias y miedos cuando llegamos a conocerla en profundidad. 

    No obstante, y a pesar de que es muy fácil que cualquiera de las hermanas te saque de quicio, la historia se mantiene en movimiento y cautiva tu atención. A veces quieres darles un abrazo, a veces quieres gritarles en la cara.  La narración de Mellors es bellísima, y no abruma al tratar temas tan sensibles. Los momentos en que las hermanas se detienen a recordar anécdotas de su infancia fueron definitivamente mi parte favorita.  

    Ahora, también reconozco que leer a las 3 hermanas, error tras error, es entendible, considerando que, a pesar de no querer afrontarlo, la muerte de su hermana les ha dado vuelta el mundo y no logran encontrar ninguna dirección. Pero leerlas encontrar confort y algo de paz en ellas mismas es reconfortante, y al mismo tiempo doloroso. Supongo que sanar también puede hacernos sufrir. 

    “As long as you are alive, it is never too late to be found.”

    Por otro lado, hay cosas que no puedo obviar. A ratos el libro toma cursos extraños, y explora relaciones cuestionables. Supongo que esas cosas también suceden en la vida real, y leerlo en el libro nos acerca a las cosas que no siempre creemos que están bien, pero que aún así pasan. A pesar de eso, a ratos se siente como una apología a la pedofilia, a la negligencia parental y al abuso de sustancias. Pero eso lo dejo a su criterio. 

    De más joven este tipo de temáticas habrían sesgado mi opinión. Quizá habría un tiempo en el pasado en el que habría esperado una crítica más fuerte a los defectos de la sociedad y lo feo de la vida. Hoy, creo que Blue Sisters de Coco Mellors, es una de esas obras que están para incomodarte, y hacerte sentir o revivir momentos. Emocionalmente, es una montaña rusa, a pesar de que no todo es perfecto en la realidad que construye. Definitivamente no estoy del todo satisfecha con la conclusión que recibieron los personajes, y desconozco si la intención de la autora era romantizar todo lo que mostró, pero esa es la vida a veces, creo. 

    Ahora, no diré que estoy ansiosa por abrir otro libro de Mellors. Este en particular llamó mi atención, como dije en un comienzo, por su temática central que tanto resuena conmigo. Quizá en un futuro esta autora vuelva a publicar algo que me llame la atención. Cuando eso pase, estaré feliz de reencontrarme con ella. Por el momento, dedicaré mi tiempo a algunas otras autoras pendientes que tengo. 

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     “I look at my mother. I can feel her tugging at the invisible line between us. Yanking it from afar. The umbilical cord. I plug my belly button with my finger. I miss her and I need her, and she's me, or a part of me at least, and I haven't fully absorbed her yet. I haven't gleaned all the woman-ness from her. Which is what a daughter does. Whose daughter am I now? Where has she gone?”

    New Animal, Ella Baxter.

    New Animal (2021) es la novela debut de la escritora australiana Ella Baxter, con la cual ganó varios premios y distinciones para nuevos escritores. Tanto esta publicación, como su segunda (Woo Woo), y su próximo libro (Holy Horny), exploran la liberación femenina, la búsqueda por el deseo, el placer y el autoconocimiento. 

    Si bien su portada lo plantea como "Oscuramente divertido" y "caótico", que fueron los atributos que me convencieron de leerlo en un comienzo, junto a su premisa por supuesto, diría que solo se apega más al segundo. En su defensa, para muchos puede ser difícil encontrar risas en el luto, incluido para la protagonista. 

    Amelia, quien trabaja como cosmetóloga en el negocio funerario de su familia, es una joven de emociones reprimidas y un tanto  alienada de ella misma. Su trabajo no le ayuda a desarrollar su vida social, pero tampoco ese aspecto le interesa mucho. Amelia conoce a muchos hombres, pero una vez tiene sexo con ellos, le es suficiente. No logra conectar más allá. A pesar de eso, parece conforme con su estilo de vida y la gente que la rodea, a pesar de su actitud indiferente y un tanto sínica. Todo pierde sentido, sin embargo, cuando su madre muere repentinamente, y Amelia se ve complicada intentando procesar estos nuevos y agobiantes sentimientos. 

    Creo que ese es el aspecto que más me gustó del libro. Personalmente, puedo decir que enfrentarse a la muerte súbita de un ser querido es como entrar en una pesadilla de la que nunca despiertas. La vida nunca vuelve a ser igual y no queda de otra que resignarse a la rabia y el desconsuelo. A través del libro acompañamos a Amelia en este viaje, en el que toma decisiones, quizá poco frecuentes y ortodoxas, pero no por eso menos válidas y reales.

    Ella escapa. Escapa de su trabajo, de sus amigos y su familia. Se reencuentra con su padre biológico y de alguna manera termina codeándose con la escena sadomasoquista de esta nueva ciudad, quienes logran ayudarla a sentir su dolor, someterse a él, empatizar con el de otros, y reconfortarse en estas emociones. 

    A pesar de lo anterior, la historia no es inherentemente descripciones de sexo, sino que tiene un aire más bien socioeducativo. Ella Baxter parece tener una intención un tanto apologética en torno al BDSM (Bondage; Disciplina y Dominación; Sumisión y Sadismo; y Masoquismo) y los prejuicios que lo rodean. Un tópico que, como se abarca dentro del libro, puede poner incómodos a varios, justamente porque Baxter retrata tanto los placeres como los defectos de esta práctica, en particular la delgada línea que puede separarla de la violencia unilateral y el abuso. 

    “I think it's human nature to want to look at wounds. It must be.”

    Sin lugar a dudas, se trata de una obra provocativa y disruptiva, que busca traer a la mesa formas más bien tabú para lidiar con la pérdida de un ser querido, pero sobre todo eso último, es una historia sobre el duelo, que lo abarca de manera muy interesante, entrelazando la profesión mortuoria de la protagonista con su nuevo interés por el BDSM. Incluso, y a pesar de lo que escribí en un comienzo, es hasta divertida a ratos, cuando ciertas descripciones y personajes no te desconciertan. 

    En fin, reconozco que no es una lectura para todo el mundo, pero puede ser un buen primer acercamiento a estos tópicos, como un manifiesto o un manual de recomendaciones. En lo que a mí respecta, solo quedo un tanto intrigada por conocer la premisa de su próximo libro Holly Horny. 

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    5 continentes, 10 álbumes, 17 años de carrera y todos mis ahorros. A finales del 2024, Después de 1 año y 9 meses, terminó el The Eras Tour, uno de los shows en vivo más exitosos de la historia del entretenimiento.

    Luego de haber cancelado su sexto tour, “Lover Fest”, por la pandemia de Covid-19, The Eras Tour trajo en 2023 de vuelta a los escenarios a Taylor Swift, no solo con espectáculo impresionante, sino también con la gira más recaudadora de todos los tiempos (y posteriormente la película de un concierto más taquillera).

    Taylor (y me voy a dar la libertad de hablar de ella por su primer nombre porque esa noche de noviembre en Argentina fuimos las amigas más íntimas) se embarcó en este viaje el 18 de marzo de 2023, en Glendale, Arizona y lo finalizó el 8 de diciembre de 2024, en Vancouver, Canadá, cumpliendo casi 2 años en gira ininterrumpida.

    The Eras Tour se convirtió en un fenómeno de la cultura pop que unió -principalmente- a chicas de todas las edades, y desde todos los continentes. En mi caso particular, me llevó a viajar hasta Argentina (país vecino) en bus para poder vivir uno de mis sueños de toda la vida. Y, por supuesto, llevé mi cámara para registrar lo más que pudiera de mi experiencia swiftie ♥

    Resumen de mi experiencia en The Eras Tour.

    Y es un tanto curioso, porque yo hasta hace unos años no era una persona de conciertos (hoy realidad muy distinta), pero cuando me enteré que Taylor Swift haría una gira mundial con los mayores éxitos de su discografía yo simplemente dije: no hay forma de que me pierda este evento histórico. 

    En ese momento claro que no se habían revelado las fechas para Latinoamérica, pero yo ya estaba decidida. Una vez se revelaron los destinos, que solo incluyeron México, Argentina y Brasil (¿Todas mis amigas chilenas recuerdan ese fatídico día?), mantuve la calma. De alguna forma u otra lo lograría. Dedique mi tiempo a juntar el dinero necesario solo para el boleto. Para ese entonces yo estaba ejerciendo mi profesión de periodista en mi primer trabajo formal, sin embargo, el día que salieron a la venta las entradas no tuve nada de suerte. Ni siquiera avanzó mi turno en la fila virtual cuando ya se habían agotado.

    No obstante, nuevamente no perdí la calma. Les juro que estaba convencida de que las cosas funcionarían y yo estaría ahí, en el estadio del River, aunque fuera en última fila. Tan solo unas semanas después, un compañero de trabajo que había entrado hace poco (y que hoy es un amigo), me dijo que una de sus amigas había comprado una entrada extra por error de la plataforma y necesitaba venderla lo antes posible.

    Cancha frontal izquierda. Nunca voy a olvidarlo. 

    La vista del River al entrar a cancha pasadas las 6 de la tarde.

    Uno de los boletos más caros.  En ese momento ni siquiera reflexioné, pedí sus datos y le deposité (una cantidad de dinero que no revelaré porque jamás le voy a decir a mi papá cuánto gasté). Un par de meses más tarde, (¿5, quizás?) estaba subiéndome un bus para pasar cerca de un día entero rumbo a Buenos Aires.

    Claro que no sola. A pesar de tener 23 años, una siempre va a ser la niñita de sus progenitores, así que mi papá juntó su plata y, yo creo que sin pensarlo mucho, se embarcó conmigo en la aventura.

    El primer y segundo día tuvimos la suerte de salir a conocer la ciudad, a pesar incluso de la lluvia. Comimos rico y sacamos algunas fotos. Lo lindo de viajar con papá es que te consienten mucho y no hay que estar a cargo de nada, bueno, mi labor al menos era pedir los uber, jaja.

    A todo esto, mi concierto era la tercera fecha original, así que la lluvia no fue un impedimento para mí, pero sí para muchas de mis compañeras de bus y hotel (Sin embargo, hasta donde sé, todas lograron cumplir su sueño trasandino). Mi psicóloga incluso me mandó un correo para saber si estaba bien dentro de todo, fue muy lindo (Silvana eres lo máximo, me salvaste la vida muchas veces).

    La tercera y última jornada en Buenos Aires, con mi papá nos levantamos temprano para aprovechar el desayuno (que fue su parte favorita) y luego aprovechamos la mañana para recorrer un poquito más. Comimos pizza, si no mal recuerdo y por supuesto pasamos a la gran librería Ateneo, donde mi papá se lució con sus habilidades de fotógrafo. No compramos nada ahí, pasamos por otras librerías y disqueras más pequeñas, y claro que llevamos algunos libros de autoras argentinas y uno que otro cd que faltaba en mi colección de Taylor. También un regalo para mi hermana, que encargó algo de Lana del Rey. Tipo 5 de la tarde tomamos un uber y mi papá me dejó en la entrada del estadio para luego seguir dando algunas vueltas y devolverse al hotel.

    Acierto fotográfico de mi papá en la librería Ateneo.

    Al concierto entré sola. Si no me equivoco, fue la primera vez en mi vida que hacía algo así por mi cuenta. Al comienzo fue un poco triste, por supuesto que me habría encantado vivir la experiencia swiftie con alguna de mis amigas, pero tampoco me arrepiento de haber ido de todas formas. Es más, Desde el concierto me he animado a hacer más cosas sola… ir a cafés, a cines, e incluso a otros conciertos. Y me he encariñado de mi soledad. Me olvido de demostrar que estoy pasando un buen rato, y solo experimento el momento.

    Esperé que empezara el concierto e incluso tuve tiempo de conversar con un dúo paraguayo muy simpático, que me regaló un hermosos brazalete que aún tengo (Lu y Enzo, los recuerdo jaja). Pude también tomarle fotos a algunas chicas viviendo, ya saben, la experiencia swiftie.

    Intercambio de Friendship bracelets.

    Una vez salieron los teloneros (Louta y Sabrina Carpenter) intenté acercarme lo que más pude a la valla… no llegué muy lejos, pero definitivamente más cerca de lo que siempre soñé. Una vez comenzó el show de Taylor quise aguantar lo más posible, que fue quizás 1/3 del concierto (increíble). Luego me empecé a agobiar, asfixiar y desesperar, así que entre empujones y caras de disgusto escapé de la multitud. En el resto de la cancha había un montón de espacio libre, y regalaban agua tibia, que sirvió para reponerme. En lo que quedó de concierto bailé a mi ritmo y canté muy fuerte. Lloré un poco en algunas canciones.

     Long Live.

    Cómo podrán adivinar por el título. En 2023, gracias al lanzamiento de "Speak Now Taylor's Version", Long Live se convirtió en mi canción favorita, y la primera vez que la cantó en el tour como surprise song no podía creer que no iba a vivirla en vivo. Meses después, cuando me enteré que la añadió al set list mi alma me volvió al cuerpo.  Enchanted, por supuesto, también me puso la piel de gallina. Una vez incluso escribí un fanfic de mi pareja favorita de toda la vida con esa canción, jaja,  (¿conté alguna vez que yo solía escribir fanfics?).

    Dos chicas que aceptaron una foto, ¡Lamento que haya salido corrida!

    En un momento una desconocida incluso me tomó la mano porque adentro realmente todas éramos amigas. Y al terminar el show me quedé varios minutos mirando al vacío sin creer todo lo que había pasado. Unos 20 minutos luego salí corriendo porque recordé que mi bus a CHILE se iba directo del estadio de regreso a mi país, pero logré llegar. Muerta.

    Mi papá tenía las maletas listas y cargó un poco mi celular mientras esperábamos. El bus se iba a demorar más o menos un día entero en llegar hasta Valparaíso, y me lo dormí todo, menos las paradas a comer al menos jaja.

    Al volver me tomó un par de semanas volver a organizar mi vida. Todo durante los últimos meses había girado en torno al tour, así que fue una adaptación extraña.

    Luego compré entradas para otro concierto en Chile y volví a sentirme yo.

    Escribiendo esto, me di cuenta de lo mucho que valoro haber vivido el viaje junto a mi papá. Me sorprende un poco que se haya motivado, pero se lo agradezco demasiado. Creo que nunca habíamos tenido la oportunidad de tener un viaje papá-hija así… ojalá podamos repetirlo, aunque a mi papá no le gustan los conciertos. Jaja.

    De vez en cuando aún me pregunta cuánto gasté en la entrada. La duda lo mantendrá joven.

    Ahora cuéntenme ustedes, ¿pudieron vivir en vivo la experiencia swiftie? ¿Les gusta ir a conciertos?,

    Gracias a todas las chicas que me escribieron por privado en el último post, son lo más ♥

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    Si caleidoscopio fuera una constelación, caleidoscopii sería su genitivo. Y sería mi favorita. Aquí escribo como en mi diario.

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